No es comprensible que haya una opinión pública favorable a los logros conseguidos por el gobierno de coalición con el resultado producido el pasado 28 Mayo. Es difícil de entender. No entra en una lógica racional. No es comprensible ese malestar que ha sido fabricado artificialmente desde esa derecha política y mediática negacionista que han obstaculizado cualquier avance social que se ha producido en esta legislatura de PSOE+UNIDAS PODEMOS, y que han basado su campaña de desgaste en eslóganes repetitivos y vacios de contenido, sin propuestas concretas y con una retórica que nos recuerda a tiempos muy grises. Es difícil de entender que ese malestar haya sido asumido de buen agrado y sin apenas cuestionamientos por una amplia base social de trabajadores, trabajadoras, pensionistas y jóvenes.
No era comprensible que nadie viera llegar esa ciclogénesis política que sembraría crispación, ruido y desaliento en la sociedad sin hacer la más mínima advertencia de lo que se estaba cociendo en países de nuestro entorno con esas fuerzas ultraderechistas emergentes. No se puede ser tolerantes con los intolerantes porque terminaran por destruirnos.
No será comprensible lo que en todas las encuestas publicadas hasta el momento que hayan estimado a Yolanda Díaz como la política activa mejor valorada entre todos los líderes y que ese valoración afectiva y social no se viera reflejada y catapultada en apoyos concretos hacia a la presidencia del gobierno. Algo estaría fallando. Es ilógico recompensar electoralmente a quienes vienen con ganas de derogar todo lo logrado en materias de igualdad y avances socio laborales y económicos.
De aquí al 23 de julio, la derecha ya está movilizada, como siempre hace y si las clases trabajadoras, pequeños empresarios, colectivos de cooperativistas etc se quedan con los brazos cruzados se va a pasar muy mal. Así que no es de recibo el verbo desanimar. Las conquistas sociales nunca han llegado en forma de maná, sino de la dialéctica reformista entre luchas permanentes conseguidas a través de movilizaciones: feministas, ecologistas, migrantes, LGTBI, luchas sindicales, o sea de protestas en las calles. No podemos perder la memoria. El próximo 23 de julio tenemos una cita muy importante y es esencial que todas y todos los progresistas acudan a las urnas para defender un proyecto de país más justo y democrático. No caben discusiones cainitas ni mirarnos de reojo. Y si por circunstancias diversas, ese día no se puede estar en vuestras localidades, existe el voto por correo y que el plazo de solicitarlo termina el día 13 de julio, incluido. Y, como se lee por las redes, si hay que votar con la nariz tapada, se vota, porque si no se hace se volverá contra nosotras y nosotros.
El peligro real no es VOX, eso es una cortina de humo, el peligro está en el giro a la ultraderecha realizado por el PP y en su cabecera de lista: Feijóo que aunque lo pinten de moderado es eso, solo pintura. Hay que tener memoria porque de los 60 años que tiene 31 los ha desarrollado en estructuras gubernamentales del PP, sí de aquel PP que congeló los sueldos a los funcionarios públicos o el del pelotazo inmobiliario de la Ley del Suelo, o aquella negligente gestión del Prestige que inundó de petróleo crudo las costas gallegas o de cuando aquel PP nos metió en la Guerra de Irak o del caso Gürtel, o de aquel PP que aprobó la ley mordaza, y la policía patriótica o cuando se recortó en sanidad, becas y ayudas sociales o aquella promesa de que no le costaría un solo euro a los españoles de aquel rescate bancario o aquello que se dejó sin mover un solo euro en la ley de la memoria histórica para recuperar luchadores por la libertad olvidados en las cunetas o cuando estalló el escándalo de los papeles de Bárcenas que hablaban de entradas de donaciones ilegales y que salían en forma de sobresueldos en negro, o aquel PP que se gastó los 66.000 millones de euros que dejó Zapatero en la hucha de las pensiones etc.etc Y eso sin hablar de las corrupciones cometidas en la Comunidad de Valencia o en la de Madrid. Sí de aquel PP que siempre será el mismo PP que se amarran a los privilegios para servir a los más privilegiados de la sociedad. No podemos perder la memoria.
En esta campaña sería un error apretar el botón del miedo a Vox, porque Vox siempre ha existido en el interior del PP, al igual que Feijóo, que no ha llegado de ninguna formación centrista ni centrada de la derecha política española con vitola de moderado. Feijóo, al igual que Vox han estado siempre dentro y han formado parte del organigrama del PP, que dicho de otro modo, dentro de aquella Alianza Popular fundada por ministros franquistas que luego se refundó porque en las primeras elecciones democráticas obtenían una representación pírrica del electorado español y para ello hubo que destruir UCD y posteriormente CDS. Son especialistas en derogar y liquidar. Ya lo ha dicho públicamente el candidato Feijóo que el caso de obtener la presidencia del gobierno suprimirá el Ministerio de Igualdad ¿Para qué ser iguales si ya nacimos desiguales? Ellos están para patentar esa desigualdad.
En estas próximas elecciones la pregunta clave está en qué harán sectores de gente humildes, asalariados, desempleados, pensionistas, de jóvenes, de mujeres, pymes y de las clases medias. ¿Votarán lo mismo que los poderosos a quienes no les importa nada el interés colectivo y lo público? Habría que preguntarse a uno mismo: ¿ha habido mejoría en la economía? La respuesta es: SÍ. ¿Y en la creación de empleo? La respuesta es TAMBIÉN. ¿Y en ayudas en formas de bonos culturales y aumento en becas? La respuesta es POR SUPUESTO. ¿Y en dar más garantías y confianza jurídica en las mujeres? La respuesta es MUCHO MÁS. ¿Y en la protección a los animales? Respuesta: COMO NUNCA… En base a ello, a quien de verdad habría que castigar electoralmente no debería ser a quien ha apostado por crear mayor cohesión social sino a los que se han opuesto por sistema y encima con las ayudas subterráneas de altos funcionarios de la judicatura. Porque van hacer ya lo que ya han anunciado: conjugar el verbo derogar.
Habría que quitar el prefijo in– para hacer comprensible las medidas que nos esperarían en caso de que PPVOX obtuvieran más escaños que las fuerzas progresistas. Y es comprensible porque ya es notorio que lo que harían: paralizar los avances conseguidos, favorecer el compadreo y el intercambio de favores a los grandes grupos empresariales, seguir en esa marcha de desmantelamiento de la sanidad y educación públicas, tensionar las relaciones con Euskadi y Cataluña para su argumentación nacionalista, descafeinar y aplicar lo light a todo lo que sea servicio público y ponerlo al servicio del mercado.
Nos jugamos en seguir o no seguir profundizando en los verdaderos valores de la democracia, que es tender puentes hacia la igualdad y la cohesión social. No demos pasos atrás o nos arrepentiremos, porque aquellos que han obstaculizado en este país la democracia, en su sentido esencial, no pueden ni deben ser recompensados electoralmente. Haced un ejercicio de memoria y comparación y sobre todo poner en valor la gestión realizada por el gobierno de coalición progresista. El 23 de julio a ¡revalidar el gobierno progresista de coalición y si es en fuerzas más equilibradas, mejor que mejor para todas, todos y todes! Para España, también.