El mismo día en que el espacio progresista español pierde poder territorial a favor de una derecha salvaje y depredadora, amplificada por sus poderosas y titánicas fuerzas mediáticas, ese mismo día se cumplió un presagio, muere D. Antonio Gala. Se apaga otra luz de la intelectualidad que tantas falta nos hace, pues defendía las ideas que vale la pena defender, las del bien común.
Se apagó esa luz, quizás porque esta mierda de mundo, donde nos corroe el galopante individualismo, la mentira por las cuatro esquinas con su basura mediática o el mercantilismo expansivo, etc. no es sitio para los grandes. Su sitio está en el Olimpo.
¿Qué nos queda de ahora en adelante? Es una pregunta necesaria que nos tendremos que hacer los que aún creemos en la necesidad de que existan “luces “que agiten las conciencias, como D. Antonio Gala sabía hacer con talento y genialidad. Esta reflexión no la haré en clave local. (Aquí, lo que hay que hacer es felicitar, por cortesía y educación, la victoria del PSOE)
Es más que evidente que el 28 M ha producido un más que monumental batacazo para el espacio progresista. Esto es irrefutable. Pero escudriñando los datos, también es cierto que se ha producido una cuestión de pura aplicación matemática que hace tiempo se vislumbraba en el horizonte y que los medios de información pasaban por alto para su propio interés desinformador y no es otro que el “Experimento” Ciudadanos” (creado por los IBEX 35) fue cumpliendo paulatinamente sus objetivos. La perdidas de votos iban recalando en la casa común de las derechas, o sea PP y Vox, (y se anunciaban como triunfos del PP- eso ya ocurrió con Ayuso, su subida fue consecuencia de la pérdida de 26 escaños de C´s que desembocaron en el PP madrileño, no por méritos propios). Estos subían en la misma proporción que Ciudadanos bajaban, o sea que se repartían los votos y su poder institucional favorecido por la ley electoral que nos rige. Pero esto es una cosilla de “picata minuta” porque lo que hay que tener presente y donde nos debemos centrar es que el votante progresista, lo que divisa en el horizonte es una maraña de siglas que se metamorfosean en cada contienda electoral. En estos tiempos en los que vivimos donde impera el mercantilismo y el marketing impuesto por esta cultura neoliberal dominante se hace imprescindible e inteligente acudir a cada cita electoral con una MARCA reconocible por todas y todos y no como está ocurriendo desde un tiempo para acá. El PSOE al igual que el PP y ahora Vox tienen su logo en el “mercado “y siempre es el mismo y, supongo que en su interior habrá también distintas opiniones de cómo desarrollar el proyecto, pero cuando acuden a las elecciones sus electores reconocen su “marca”. Sin embargo, por cuestiones que yo no alcanzo lograr entender el espacio progresista, que se sitúa en la izquierda del tablero, perdemos tiempo en batallas y mil batallas en ver que nombre nos denomina mejor y resulta que cada cita electoral es distinto al anterior o cuando no, nos fragmentamos en más y más moléculas cada vez más pequeñas. Totalmente surrealista. La gente progresista lo que quiere es UNIDAD y lo que necesita es UNIDAD. Y reconocer que el sistema electoral es el que ES y que ir por separado es seguir matándonos en el intento.
Y ahora respondiendo a la pregunta ¿qué nos queda de ahora en adelante? Desde mi humilde opinión, creo que se hace más que necesario, (yo diría que imperioso) un obligatorio diálogo para reconstruir ese necesario espacio progresista y de izquierdas y no caer en esa guerra de guerrillas cainitas, a las que tantas veces hemos practicado. Solo hay que abrir la ventana para ver lo que está ocurriendo en Italia, Hungría, Polonia y lo que se está cociendo en el horizonte Ucrania-Rusia-OTAN.
O, en una mirada más cercana, lo que pasó en el Mar Menor murciano, lo que puede ocurrir en Doñana, porque a las derechas les da igual el futuro, les da igual que roben y que el tráfico de influencias entre familiares y allegados se realice con impunidad, les da igual porque ellos están en la política para administrar y proteger a los más privilegiados de la sociedad. Por eso insisto en que creo que es tiempo de mantener vivo el legado de Julio Anguita, que nos dejó en la construcción de su FRENTE AMPLIO. La ausencia de ese necesario e imprescindible encuentro a través de un diálogo sereno y constructivo. Sería una tragedia difícil, muy difícil de restablecer. Nos quedarían décadas de tránsito por ese desierto, como está escrito en nuestra cultura. Llámese a este desierto: desempleo, desigualdades, penurias o pérdidas de derechos conquistados. En definitiva, retroceso.
Que el legado de D. Antonio Gala y Julio Anguita sean luz que nos alumbre en estos tiempos oscuros y tenebrosos. Para resucitar ese necesario Ave Fénix que nos aporte cordura para llenar de contenido e ilusión los días posteriores al 28M. (Según escribo este escrito, recibo la noticia de que Pedro Sánchez, acaba de anunciar adelanto electoral, para más INRI)
UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD para construir PROGRESO, PROGRESO, PROGRESO.