El BOE de hoy recoge la disposición para que la bombona clásica de butano de 12,5 kg aumente su precio de venta a 14,65€, lo que supone 70 céntimos más que el precio fijado el pasado marzo. Esta subida supone la tercera en la que se fija con el cambio máximo legal permitido, un 5%, como ya sucediera en enero y marzo, acumulando una subida del 15% desde noviembre del pasado año.
Esta subida consecutiva parece emular a la ya vivida entre julio de 2016 y julio de 2017 en la que la bombona acumuló 6 subidas consecutivas y pasó de costar 11,27€ a 14,89€, máximo de 2017. Aquella de 11,27€ se vivía tras el máximo histórico de enero de 2015 cuando cada bombona costaba 17,50€, un precio al que no llegó el máximo de 2018, cuando se llegó a pagar 15,33€.
La tendencia alcista del gas embotellado (más de un 20%) se debe principalmente a la acumulación del déficit en meses anteriores, compensado en subidas posteriores, así como al aumento de la cotización internacional de la materia prima, lo que explica una subida en meses en los que, de forma natural, el precio debería ser, de hecho, inferior, al producirse menor consumo por abandonarse los meses de invierno.
Según varios expertos, esta subida demorada (debería empezar a descender el precio a partir de marzo), provocará que la oscilación de precio (al diferencia entre los precios más altos de un año con los más bajos) sea aún mayor que en años precedentes, perfilándose el fantasma de un mayor déficit de tarifa. Este déficit de tarifa se produce cuando la variación máxima legal del precio no cubre las variaciones de la materia prima, lo que por un lado limita las subidas o bajadas entre las revisiones bimensuales a un 5%, pero por el otro crea un remanente acumulado que debe aplicarse en la siguiente revisión, y que sería el motivo principal de la subida este mes.