Sí, no, sí, no, sí, no (progreso o regreso)… la margarita ya se empieza a deshojar. La cuenta atrás para las elecciones ya ha comenzado. En poco más de treinta días habrá que renovar los escaños del Congreso de las diputadas y diputados que han de representar a nuestra nación de naciones.
Es evidente que hay poderes ocultos que empujan con fuerza para volver a aquel caducado bipartidismo PSOE-PP, (o sea, que haya pequeños cambios para que todo siga igual). Y es ahí donde radica la importancia de las elecciones del 23 de julio: ALTERNANCIA O ALTERNATIVA. Aquella insistencia del gran Julio Anguita. Solo una firme convicción democrática, «Sánchez, con Sumar sí», hará posible que la justicia social actúe como abecedario del poder político transformador frente a lo regresivo y que luche dentro de las dificultades que siempre impone ese poder oculto (terratenientes, grandes empresarios, banqueros, estructuras del alto episcopado, jueces ultraconservadores, familias de ilustres apellidos, etc…). Recordad que la soberanía reside en el pueblo y no en las élites.
Es indiscutible que el actual gobierno de coalición ha promovido una amplia gama de mejoras en las condiciones laborales y sociales, que habrá que repetirlas como los negacionistas repiten hasta la saciedad lo de sanchismo o España.
Gama de logros que es conocida por todos, pero hay que tenerlas muy presentes a la hora de coger el voto e introducirlo en la urna: reforma laboral, reforma de las pensiones, ERTES, subidas del salario mínimo, creación de empleo estable, reforma de ley del aborto, ley sí solo es sí, defensa animalista, prohibición de la publicidad de apuestas en TV, ley de la vivienda, topes al gas, ayudas a pequeños autónomos, ayudas de bonos al transporte, aumento de becas, transición verde, pacificación catalana, impuestos a las grandes fortunas, gestión positiva de la pandemia y muchas varias más. Es decir un amplio abanico, y en escaso tiempo, de acciones transformadoras que han tenido la consecuencia de sacudir las viejas estructuras sostenidas por el régimen monárquico, de ahí que se hayan intentado rechazar con virulencia, incluso nominándolo como gobierno ilegitimo, a través de esas derechas parlamentarias negacionistas que se han opuesto a cualquier avance producido y que en paralelo haya aparecido ese coro mediático ultraconservador, que han convertido hasta los programas de entretenimiento de gran audiencia en tertulias políticas para sacar titulares y derrumbar esos necesarios avances que requería y requiere nuestro país. Si antes se decía «hace falta ya una huelga general»; hoy lo que procede decir «hace falta ya una liga de periodistas éticos ya» con el propósito de defender postulados, cívicos, éticos y democráticos (e incluso de inspiración republicana) que faciliten a la opinión pública una información verídica, libre de bulos y noticias falsas.
El día 23 de julio habrá que echarse a las urnas con la esperanza de impedir retrocesos, como los que ya se han anunciado en la conformación de los nuevos ayuntamientos PPVOX. Con la esperanza de reiniciar el camino emprendido en esta pasada legislatura hacia una vida más digna e inclusiva donde quepamos todas, todos y todes, porque está en juego el porvenir de nuestra patria como concepción de toda la conciudadanía que la conformamos: andaluces, aragoneses, baleares, canarios, cántabros, manchegos, castellano-leoneses, catalanes, madrileños, navarros, valencianos, extremeños, gallegos, vascos, asturianos, murcianos, riojanos, ceutís, melillenses y lo logremos en convivencia lo más igualitaria posible, libre y en paz frente a una parte importante de escaños que no quiere reconocer e incluso abolir si llegaran a tener el peso político suficiente para hacerlo. Una patria de todas y todos y no como propiedad de unos cuantos, de esos que se les conoce como «los de siempre», aquellos que en tiempos de pandemias rompieron el confinamiento con palos de golf y exhibición de grandes marcas de coches y que no conciben una sociedad inclusiva.
Con serenidad, disciplina y valentía se puede y se debe continuar por la senda emprendida en estos últimos cuatro años y certificar el brote de una nueva época en la historia de España. Hacer del BOE el verdadero vehículo de esa necesaria transformación social que necesitamos todas y todos: salir urgente de la discriminación social, de esa situación desesperada de miseria que sufren millones de españolas y españoles. Esto es lo urgente y ahora no caben medias tintas: se requiere una gran movilización estemos o no organizados en movimientos, partidos o sindicatos. Me decía un antiguo profesor: «aprendamos de los errores para no caer en ellos». Dejémonos de ahondar en las diferencias y construyamos pautas mínimas realizables SUMANDO con todos, también con los millones de votantes del PSOE. Hagamos un esfuerzo de atraer a los abstencionistas.
Démosle vida a este lema: El pueblo unido jamás será vencido. Somos la inmensa mayoría. Es necesario que SUMAR sea, como mínimo, la tercera fuerza política en escaños, si queremos olvidarnos de por siempre de la alternancia y construir la necesaria alternativa.