Hace escasos días comenté con un conocido sobre la intención del voto para el 23J, a sabiendas de que es un trabajador de pensamiento y comportamiento conservador y que su voto sistemáticamente ha ido, según me dijo: primero hacia el PP y luego a Ciudadanos. Pero sorpresa la mía, me dijo que en esta ocasión iría para Yolanda Díaz (no dijo Sumar, sino Yolanda). Al ver mi cara de sorpresa, me dio su razón: «Lo hago porque no comparto en absoluto ese entreguismo que se está produciendo hacia Vox. ¿Qué pasaría si a partir del 23J se diese esa circunstancia? Yo no quiero ser partícipe de eso, porque aunque tú sepas que soy conservador, pero también soy trabajador y hombre libre. Mi voto para Yolanda Díaz» ¿Pesimismo u optimismo? Juzguen ustedes.
Los que seguimos la dinámica de la política diaria podríamos deducir que las tendencias nos indican que vienen tiempos difíciles y oscuros, ya que todas las televisiones llevan sembrando mediáticamente, como gota malaya, mucho tiempo en esa dirección y encima, con el rollo de los algoritmos de las redes, que también lo hacen. ¿Pesimismo u optimismo? Pero también está en nuestra mano y en nuestra conciencia de clase trabajadora el poder evitarlo. Véase el ejemplo narrado al principio.
En las redes sociales se vierten opiniones tan desiguales como extravagantes, fiel reflejo de la diversidad existente en nuestro país. Sin embargo, yo cada vez tengo menos dudas sobre la capacidad intelectual y política de Yolanda Díaz y su equipo por haber conseguido un solo espacio electoral a la izquierda del PSOE, algo demandado por una gran parte de la sociedad, en general, y de la izquierda en particular. Esto es una realidad inapelable, aunque la prensa canalla siga poniendo el acento en que dentro de SUMAR algo chirria. Al igual que hay gente que se ha creído lo de ETA y lo de los okupas y tantos otros bulos, habrá gente que les implante el empeño de romper ese espacio para que la mayoría minoritaria se incline al sector de la derecha. La clave está en sentirse camarada. Me explico: los que nos hemos formados en la camaradería militante sabemos anteponer el interés general de nuestro país a esa controversia interna, (muy propio en nosotros), que a nada o a nadie interesa, aún estando de acuerdo en lo fundamental, la «pureza» produce cortocircuito fatal. La pureza política hace muros insalvables.
«Al médico, confesor y letrado, hablarles claro», nos recomienda un refrán. La oportunidad de hoy se llama SUMAR y no de otra manera y es lo que la gente progresista tenemos la obligación de hacerla exitosa. Por poner un par de ejemplos, sin esa camaradería la redistribución de la riqueza en manos de las derechas se ralentizaría aún más o ni siquiera se aplicaría o la lucha contra la emergencia climática no recorrería ni un solo milímetro en frenar esa salvajada, piensen en Mar Menor o Doñana y no hablemos de derechos de igualdad y feminismos. ¿Optimismo o pesimismo? Los sindicatos de clase , sin embargo, nos enseñan el camino a elegir entre conquistas de derechos laborales o ultra derechismo. Juzguen ustedes.
Estas próximas elecciones van de la vida de la gente, de mejorar vuestras condiciones. Pensad que vuestro voto sirve para cambiar todo lo que está mal y conservar todo lo que está bien o mejorarlo más. Vuestro voto ha de ser SUMADO más que nunca, es más necesario que nunca. Vuestra ausencia de las urnas, pensadlo bien, es un bumerán contra vuestros intereses y contra los de los demás. No olvidéis dar a la sociedad lo que de vosotros demanda para la prosperidad de todas y todos. La responsabilidad de construir un futuro mejor, sin retroceder, está en vuestras manos. También es por ti. ES POR TI.