En los hospitales andaluces hay máquinas que no cortan, no pinchan, no emiten radiación, ni siquiera calor. No se notan. Pero son capaces de mirar dentro del cuerpo con una precisión asombrosa. Sirven para detectar un ictus, una lesión en la médula o una masa sospechosa sin abrir al paciente. Esa tecnología se llama resonancia magnética y, aunque parezca un logro consolidado, su disponibilidad sigue marcando diferencias importantes entre pacientes según el hospital donde les atiendan. La desigualdad ya no es si existe o no un equipo: es si funciona, si hay quien lo maneje, y si está accesible a tiempo.
Una tecnología sin radiación
La resonancia magnética tiene una peculiaridad que la distingue del resto de pruebas de imagen, no utiliza rayos X. Funciona a través de un imán gigantesco que genera un campo magnético potente, decenas de miles de veces mayor que el de la Tierra. A eso se suma una ráfaga de ondas de radio. Lo que ocurre entonces roza la ciencia ficción: los átomos de hidrógeno del cuerpo —que abundan porque el cuerpo humano es, en su mayoría, agua— se alinean y reaccionan como si siguieran una coreografía microscópica. Esa respuesta se capta, se transforma en señales, y se convierte en imágenes detalladas.
¿El resultado? Vistas milimétricas del cerebro, las articulaciones, la médula espinal, los órganos internos. Sin cortes. Sin agujas. Sin radiación. Es la herramienta más precisa y segura que tiene hoy la medicina para estudiar tejidos blandos.
¿Cómo es por dentro, cómo se siente por fuera?
La máquina impresiona. Desde fuera parece un túnel blanco, liso, silencioso. En su interior, sin embargo, se desarrolla una tormenta invisible de campos magnéticos. El paciente se tumba sobre una camilla que se desliza lentamente hacia el imán. Debe quedarse completamente quieto, a veces hasta 45 minutos, lo que puede resultar pesado si uno es claustrofóbico o simplemente impaciente. La máquina no duele, no da calor, pero hace un sonido seco, rítmico, como el tambor de una lavadora industrial. Si todo va bien, al salir el paciente no ha notado nada… pero el médico ya lo ha visto todo.
Una prueba sofisticada, pero, una brecha evidente
El problema en Andalucía no es la tecnología: es el acceso. Hay centros saturados, con equipos que funcionan sin descanso y acumulan listas de espera de meses. En otros hospitales, el aparato es nuevo, pero el personal escasea. La Alpujarra, por ejemplo, tiene dificultades para encontrar radiólogos. En la Sierra de Huelva hay equipos que se usan menos de lo que podrían por falta de técnicos.
¿Por qué ocurre esto? En parte, por planificación. Un equipo de resonancia no se limita a instalarse. Hay que mantenerlo, calibrarlo, operarlo, y, sobre todo, interpretarlo. Requiere radiólogos formados, técnicos en imagen, ingenieros de mantenimiento. También influye el presupuesto, claro, pero la variable más volátil es la gestión. Lo que se decide desde los despachos acaba afectando a los turnos, a las esperas, a los pacientes que aguardan resultados.
¿Cuánto cuesta ver dentro del cuerpo?
La resonancia es cara, no hay que negarlo. Un equipo estándar de 1,5 a 3 teslas puede costar entre 600 000 y más de un millón de euros. Si se suma la instalación, la cifra puede llegar a los 2,4 millones. Incluso alquilar uno durante cuatro años, con mantenimiento incluido, supera los dos millones. A cambio, ofrece un servicio diagnóstico clave en enfermedades neurológicas, cardiovasculares, oncológicas y musculoesqueléticas.
En comparación, un TAC —que sí usa radiación ionizante— cuesta bastante menos. Un equipo de gama media ronda los 600.000 €, incluso con inteligencia artificial incluida. Pero no ofrece el mismo detalle en tejidos blandos ni la misma seguridad. No se trata de elegir uno u otro: se trata de usarlos cuando toca. Y ahí es donde la gestión sanitaria tiene que afinar.
¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?
Andalucía ha mejorado en los últimos años. Se han instalado equipos en hospitales comarcales, se han renovado máquinas antiguas y se han ampliado horarios. Sin embargo, la distancia entre provincias sigue siendo llamativa. Hay pacientes que esperan semanas para una resonancia del hombro y otros que la tienen en días. No porque su lesión sea más o menos grave. Simplemente, porque su código postal no les favorece.
El problema no se resuelve solo comprando máquinas. Hay que invertir en personas. Formar técnicos. Atraer radiólogos. Incentivar que el talento no se concentre solo en las grandes capitales. Porque una resonancia que no se puede programar a tiempo no sirve. O sirve mal. Y cuando el diagnóstico llega tarde, lo que está en juego no es solo una imagen: es la salud, es la recuperación, es el futuro del paciente.
¿Y si fuera usted quien espera?
La resonancia magnética es una herramienta diagnóstica de vanguardia. No lo dude. Pero no tiene sentido presumir de tenerla si no llega a todos. Si vive en una ciudad con buen hospital, tal vez nunca lo note. Pero si vive en un pueblo, si necesita desplazarse, si cada semana cuenta, entonces el acceso desigual se convierte en una injusticia palpable.
Las listas de espera no son estadísticas: son personas esperando saber qué les pasa. Y esa espera puede traducirse en una diferencia de pronóstico. El compromiso, entonces, no debe ser solo tecnológico. Debe ser territorial. Profesional. Ético. Que la resonancia esté disponible no cuando se pueda, sino cuando se necesite. Sin importar el mapa. Sin importar el código postal. Porque la salud, en teoría, no debería depender del lugar donde uno viva. Pero en la práctica, aún depende.
Referencias
- Servicio Andaluz de Salud (SAS). (2023). Datos sobre listas de espera quirúrgica y de especialistas. Junta de Andalucía: https://www.sspa.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/
- Ministerio de Sanidad de España. (2023). Sistema de Información sobre Listas de Espera en el Sistema Nacional de Salud (SISLE-SNS): https://www.sanidad.gob.es/estadEstudios/estadisticas/estadisticas/estMinisterio/Sisle/
- Marea Blanca Andalucía. (2024, enero). Denuncia ante la Fiscalía por demoras en pruebas diagnósticas como resonancias. ElDiario.es Andalucía: https://www.eldiario.es/andalucia
- Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). (2022). Resonancia magnética: características técnicas y seguridad: https://www.aemps.gob.es
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