TuPeriódico ha superado el millón de lectores mensuales.
Y aunque la cifra impresiona, lo verdaderamente importante es lo que representa.
Representa que cada vez más personas buscan información que no se limite a titulares rápidos. Que quieren contexto, explicación y una mirada honesta desde abajo, desde los barrios, desde Andalucía. Representa que hay una comunidad que entiende que el periodismo no es ruido, sino una herramienta para comprender y transformar la realidad.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil, desde aquellos primeros números impresos que lanzamos en Utrera, Sevilla y cuyo recuerdo adorna esta entrada. Detrás de este crecimiento hay años de trabajo, de ensayo y error, de momentos complicados y de mucho esfuerzo personal y colectivo. Pero también hay una idea clara que no hemos abandonado nunca: hacer periodismo con alma social, rebelde y comprometida.
Hacer periodismo hoy es trabajar entre ruinas. Ruinas de credibilidad, de tiempo, de condiciones laborales, de atención colectiva. Es ejercer un oficio antiguo en un ecosistema diseñado para devorarlo todo rápido y sin memoria. La urgencia manda, el clic aprieta, el algoritmo empuja a simplificar hasta la caricatura y la precariedad se normaliza como si fuera una fase inevitable del proceso creativo. En ese contexto, informar bien es casi un acto de desobediencia. Pararse, contrastar, contextualizar, escribir para ser entendido y no solo visto es ir a contracorriente. Y hacerlo sin padrinos, sin grandes grupos detrás y sin vender el alma en el camino es, directamente, una rareza.

En TuPeriódico hemos decidido asumir ese riesgo con los ojos abiertos. No porque sea más fácil, sino porque es lo único que tiene sentido. Hemos afrontado los límites del oficio desde los valores y la honestidad: diciendo lo que pensamos, explicando por qué lo decimos, siendo transparentes con nuestros errores y con nuestras decisiones. Apostando por una relación adulta con la audiencia, sin infantilizarla ni engañarla, confiando en que hay gente dispuesta a leer, a pensar y a implicarse. En un momento en el que muchos medios sobreviven a base de ruido, nosotros hemos elegido construir desde la coherencia. Más lento, más difícil, sí. Pero con algo que no cotiza en bolsa y, sin embargo, lo sostiene todo: credibilidad.
Nuestros principios son públicos y claros. Apostamos por la transparencia, por el compromiso social, por no callarnos cuando callar es cómodo. Creemos que informar bien también es tomar partido por la gente común y por el bien común.
Este hito nos anima a dar un paso más. Para que todo este proyecto sea sostenible, vamos a activar con normalidad vías de financiación coherentes con nuestros valores: publicidad responsable, acuerdos comerciales éticos y proyectos como el Club de Compras —que activaremos en breve—, pensados para sostener el medio sin hipotecar su independencia.
Al mismo tiempo, seguimos desarrollando herramientas propias que nos diferencian: tecnología pensada para ayudar a leer mejor, para no excluir, para acompañar a la audiencia y para innovar sin perder humanidad.
Gracias a todas las personas que leéis, compartís, apoyáis y confiáis.
Este millón de lectores es vuestro.
Y lo mejor está aún por venir.










