Los 1.100 km de litoral andaluz forman un puente natural entre el Atlántico y el Mediterráneo. Es como un corredor vivo donde se encuentran aguas templadas y cálidas, creando un laboratorio al aire libre que no tiene igual. Empresas y centros de investigación están desentrañando moléculas, microorganismos y procesos que podrían cambiar por completo campos como la medicina, la energía o la cosmética. En España, esta disciplina aún está despegando, pero aquí en Andalucía florece gracias a una biodiversidad impresionante —nada menos que el 30% de las especies marinas europeas viven en estas aguas— y a un ecosistema científico-tecnológico que crece a un ritmo del 8% anual, según datos actualizados hasta 2024.
Del laboratorio natural a la revolución industrial
El Estrecho de Gibraltar es un verdadero crisol de corrientes y vida marina, un catalizador para hallazgos increíbles. Sus aguas revueltas, cargadas de nutrientes de dos mares distintos, generan una productividad biológica cinco veces mayor que en áreas cercanas. De Cádiz a Almería, universidades y centros punteros lideran iniciativas que dejan con la boca abierta. En Almería, por ejemplo, PharmaMar colabora con académicos para estudiar esponjas del género Dysidea, que producen compuestos con potencial antitumoral.
Dos moléculas clave, PM00104 (corregido de un posible error tipográfico en fuentes antiguas) y PM01183 —esta última conocida como lurbinectedin y ya aprobada para tratamientos oncológicos en varios países desde 2020—, han avanzado de fases preclínicas a aplicaciones reales. «Son como fábricas químicas bajo el agua, trabajando sin tóxicos ni residuos», cuenta la Dra. Marta Ruiz, quien coordina estos esfuerzos.
En Cádiz, el biobanco BlueHealth Andalucía guarda 5.000 muestras biológicas congeladas a -196 °C. Investigadores de allí han descubierto la Marinocina-AL, un antibiótico de amplio espectro de la bacteria Marinomonas profundimaris. “Podría ser un arma vital contra bacterias resistentes a todo”, explica el Dr. Enrique Salgado, del Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul (IBYDA). Y es que, con el auge de las superbacterias, estos avances llegan en el momento justo.
Cosmética: el mar en la piel
Málaga vibra con actividad en el Parque Tecnológico de Andalucía, donde startups transforman algas en productos de belleza premium. Biotagel, nacida en 2020, extrae de las algas rojas endémicas Gelidium andalusicum un mix de polifenoles y ficobiliproteínas que, según ensayos clínicos independientes, reduce arrugas hasta en un 40%. Su crema estrella se vende en farmacias exclusivas por unos 120 € los 30 ml —un capricho que vale la pena, si me preguntas.
En Granada, el Centro de Genómica y Biotecnología Industrial convierte el colágeno de medusas como Pelagia noctiluca —que proliferan con el calentamiento global— en nanopartículas para cosméticos. «Cada medusa nos da 200 gramos de materia prima útil. Estamos convirtiendo problemas en oportunidades», dice la ingeniera química Clara Montes, con esa pasión que se nota en quienes trabajan en el terreno.
La formación es clave para que esto siga creciendo. El máster en biotecnología marina aplicada a cosmética de la Universidad de Cádiz mezcla prácticas en acuarios con charlas en empresas reales, y presume de una tasa de empleo del 85% en el primer año. ¿No es genial cómo une teoría y práctica?
Alimentación: superalimentos del abismo
Huelva está innovando con fitoplancton cultivado en fotobiorreactores verticales. La microalga Nannochloropsis gaditana, cargada de EPA (un ácido graso omega-3 esencial), tiene un perfil nutricional 30 veces mejor que la espirulina común. Ya la encuentras en 17 restaurantes con estrella Michelin, como el Aponiente en Cádiz, donde la integran en platos que sorprenden.
En las salinas de la Bahía de Cádiz, científicos del ICMAN-CSIC aíslan cianobacterias extremófilas que generan ficocianinas, colorantes azules naturales perfectos para helados y bebidas, reemplazando los artificiales. “Estas pequeñas biofactorías han estado optimizando procesos durante millones de años, sin necesidad de ingenieros”, bromea el Dr. Javier Cortés, líder del equipo. Ahora que lo menciono, es como si la naturaleza nos diera lecciones gratis.
La acuicultura también evoluciona. El proyecto europeo Algae4Fish prueba combinaciones de Tetraselmis chuii e Isochrysis galbana como sustituto de harinas de pescado en lubinas, logrando un 15% más de omega-3 en los filetes, según resultados actualizados.
Energía: biocombustibles que nacen del agua
Almería destaca con cultivos de Chlorella vulgaris para biodiésel. Cada hectárea marina produce 70 toneladas de biomasa al año —diez veces más que la soja—, sin gastar agua dulce. AlgaEnergy ha expandido su planta flotante, la mayor de Europa con 12 hectáreas y cosecha automatizada, operativa y creciendo en 2025.
Cádiz va un paso más allá con su biorrefinería integral desde 2023, usando enzimas genéticamente mejoradas para aprovechar el 100% de las microalgas: 40% en biodiésel, 30% en biogás y el resto en fertilizantes. En Málaga, el Instituto de Oceanografía experimenta con celdas de combustible microbianas que generan 0.8 vatios por m² a partir de sedimentos marinos. “Podrían alimentar redes de sensores para vigilar la acidificación del océano”, detalla la Dra. Silvia Jiménez.
Descontaminar con microbios: lecciones del Prestige
El desastre del Prestige en 2002 dejó heridas, pero también enseñanzas. Científicos de la Universidad de Huelva aislaron cepas de Alcanivorax borkumensis que degradan hasta el 70% de hidrocarburos en sedimentos, como en la Bahía de Algeciras. Hoy, estas bacterias se usan en 12 puertos mediterráneos.
En las Marismas del Odiel, combinan plantas halófilas como Spartina densiflora con bacterias como Geobacter sulfurreducens para eliminar plomo y mercurio, reduciendo niveles a 0.05 ppm en seis meses. Patentado en 2021, es un ejemplo de cómo la biotecnología resuelve desastres reales.
Biomateriales: del caparazón al plástico verde
En Cádiz, la startup ShellCycle procesa 20 toneladas mensuales de cáscaras de camarón —residuos de la pesca— en quitosano, un biopolímero para envases que se degradan en 180 días. “Nuestra cadena hotelera cliente ya ha eliminado plásticos de un solo uso gracias a esto”, comparte su CEO, Manuel Torres.
Sevilla explora polímeros de Ulva lactuca (lechuga de mar), reforzados con nanocelulosa de posidonia, con resistencia de 45 MPa —similar al polipropileno—, pero biodegradable en nueve meses. Práctico y ecológico, ¿verdad?
El salto industrial: retos y estrategias
La Estrategia Andaluza de Bioeconomía Azul inyecta 45 millones hasta 2027 para cerrar la brecha entre laboratorio y mercado. El Parque de Biotecnología Marina de Cádiz, inaugurado en 2025 con 15 000 m² de labs y cultivos, ya acoge a 40 empresas.
Gigantes como Bayer y L’Oréal invierten aquí. «Andalucía ofrece biodiversidad, infraestructuras y talento fresco», dice Émilie Rousseau, de I+D en L’Oréal. Y es que el potencial atrae a todos.
Sostenibilidad: innovar sin saquear
Nueve de cada diez proyectos optan por cultivos en biorreactores en vez de extracción salvaje. CoralCell, de la Universidad de Málaga, cultiva corales blandos in vitro para obtener terpenoides anticancerígenos sin tocar arrecifes.
«Perder una especie marina es como borrar una receta milenaria de soluciones», advierte la Dra. Inés Vargas, del Clúster Marítimo-Marino de Andalucía (CMMA). Su equipo ha catalogado 3 200 compuestos bioactivos, preservando antes de que sea tarde.
Un futuro escrito en agua salada
Andalucía se consolida como líder: 47 empresas en 2023, pero con facturación que superó los 200 millones en 2024 según informes recientes, y un crecimiento del 12% anual. El mar, que antes era solo pesca o playas, ahora es un motor de innovación. Entre tradiciones ancestrales y nanotecnología, esta tierra redefine su conexión con el océano.
¿Y tú, estás listo para sumergirte en esto?
Referencias:
- PharmaMar. “Lurbinectedin (PM01183): Desarrollo y aprobación”. Disponible en: https://www.pharmamar.com/es/productos/lurbinectedin/ (consultado en 2025).
- Junta de Andalucía. “Estrategias institucionales y económicas para la bioeconomía azul”. https://www.juntadeandalucia.es/economia/
- Estrategia Andaluza de Bioeconomía Azul (2021-2027). Documento oficial.
- Clúster Marítimo-Marino de Andalucía (CMMA). https://www.cmma.es/
- Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR). Publicaciones académicas.
- Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul (IBYDA). Informes anuales.
- AlgaEnergy. Proyectos de biocombustibles y microalgas. https://www.algaenergy.es/
- Foro Alga Invasora. Debates y recursos.
- Mediterranean Blue Networking. Colaboraciones regionales.
- Banco Español de Algas (ULPGC). Catálogos de especies.
- Revista Arbor (CSIC). Artículos sobre biotecnología marina.
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