Excmo. Señor Presidente de la Junta de Andalucía.
Juanma, presidente de la sucursal andaluza de un partido centralista en el final de su vaivén (ultraderecha-centro-ultraderecha).
Como presidente de ambos instrumentos para su mayor auto-valoración y como vendedor a presión, según estamos viendo en buen estado de uso, le agradeceríamos nos explicara, nos descifrara, el significado de la frase que sirve de titular. No es nuestra, salió hace unos días de su partido. Ayer, miles de personas salieron a la calle a exigirle compromiso con Andalucía y en particular con la sanidad pública, mientras usted, pletórico con el nombramiento en el partido históricamente más enemigo de Andalucía, política mantenida por usted, aunque farisaicamente disfrazada de andalucismo trasnochado, sandunguero y folklorista (en el sentido negativo otorgado a la palabra “folklore”), calificaba de “UTE” a quienes no aprobamos su pasión mal disimulada, mejor, descarada de la sanidad, la enseñanza y todo cuanto pueda ser privatizado, para beneficiar a las empresas multinacionales y alguna estatal, a las que tanto defiende su partido.
El domingo usted presumía en FIBES, entre parabienes y paramejores de sus mentores y directivos, Tellado, Feijoo y Ayuso, la mano no oculta besada por todos ustedes para mantener el cargo, intentaba contrarrestar a los manifestantes con la vana presunción de sus inversiones en sanidad. Pero —ya no sabe ni ser ladino, o no puede después del descaro de su acción privatizadora— omitía cuanto invierte en la sanidad privada. La sanidad privada está formada por empresas, Juanma. Empresas mercantiles que, aunque fuera honradamente en todos los casos, tienen un objetivo primordial, que es el lucro. El lucro no es malo, Excmo. Sr. Presidente, lo malo es que lo regale V.E., derivando una parte muy importante del presupuesto de una Consejería que debería volcarse en la Seguridad Social. Porque la sanidad privada, nacida para obtener beneficio, tiene el deber y la obligación de ser rentable en sí misma. Verá: a ver si lo entiende: los millones de personas acogidos a la Seguridad Social, además de los impuestos pertinentes (aunque parezcan impertinentes a la derecha, a los suyos), abonamos directamente, durante toda nuestra vida, cuotas detraídas de nuestro salario, para el sostenimiento de nuestra Sanidad Pública. Sacar de ahí, de lo pagado por todos con el fin de obtener atención sanitaria a la medida de todos, para mantener clínicas cuyo objeto es el lucro, no es una forma sana, ni honrada (los “moelnos” dirán “honesta”) de cumplir con su deber.
¿No le gusta la palabra “político”? Entonces ¿qué hace en política? V.E., usted es responsable voluntario, lo ha elegido porque ha querido y ha recibido el voto de una determinada mayoría, responsable principal y fundamental por su cargo, de defender el bienestar de la ciudadanía. Responsable social, responsable económico. Y responsable político, sí. ¿A qué viene ese intento de diferenciar, de demonizar la actitud política, menos aún desde la política? ¿O es que usted se ha creído Redentor? Pues le falta algo más que el triángulo y los haces de luz. Bueno, no. Mucho más. Muchísimo más.
No hay ninguna UTE opositora a su nefasta gestión, Juanma. Ninguna. Hay un lobbie pretendidamente sanitario, con voracidad económica, apoyado por una gestión política o, si lo prefiere, político-económica (¿le gusta más?) que deriva fondos de la Sanidad pública a la privada, con el pretexto, nulo pretexto, de “descargar a la sanidad privada y sacarla de su atasco”. Pero eso no es gratis ¿verdad? Y ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto gasta en eso? ¿En cuánto disminuye a la sanidad pública? Pues observe, si no es tonto, y estamos seguros que en absoluto lo es, cuantos médicos, cuantas enfermeras, cuanto personal auxiliar, cuantos medios físicos podrían financiarse con los muchos cientos de millones de euros del presupuesto sanitario, derivado, desviado, sustraído a la sanidad pública para financiar a la privada.
Los miles de personas que ayer, en la calle, le gritaron lo que no quiso escuchar, pero sí tergiversar desde la Avenida Luis Uruñuela, quien no se merece la ofensa, como no lo merecen esos miles, en toda Andalucía cientos de miles, no son ninguna UTE. Son personas. Personas dañadas por su política pro-privatización de todo lo privatizable. Siga. No le preocupe Andalucía, pero Andalucía otra vez está despertando. Asómbrese, porque ustedes, los políticos, siempre se asombran o se extrañan, cada vez que Andalucía se levanta. Pero son ustedes, los políticos, sobre todo los demagógicos y tergiversadores, quienes más hacen para alcanzar ese despertar. En este aspecto, y sólo en eso, gracias por su nefasta gestión.
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