En ocasiones la bilis me llega al cerebro. Si bien todos somos capaces de cometer un error y pifiarla en grande —yo el primero—, hay que diferenciar cuándo la pifia es intencionada y existe lo que los juristas llaman dolo. Es decir, que se hace a propósito, y de pifia, poco.
¿Qué por qué les cuento yo esto hoy? Por las publicaciones (y republicaciones) en las que se dice que —ciertamente— España ha dejado de ser una democracia «plena» para a ser una democracia «defectuosa», acompañando el titular de la noticia, de una fotografía de Pedro Sánchez y de Meritxell Batet.
Pudiera parecer que esta fotografía ha sido elegida porque son ellos dos las dos primeras autoridades del Estado, Sánchez como Presidente del Gobierno y Batet como Presidenta del Congreso de los Diputados. Pero como ustedes no son ingenuos, hablaremos de la intencionalidad real detrás del uso de una fotografía muy concreta con la oportunidad que la publicación del Índice de Democracia 2021 (apunten el año) procura.
Una oportunidad que, con el contexto mediático de la pataleta política a cuenta de la aprobación de la Reforma Laboral a cuestas, presenta una información tendenciosa a la que se suma, como no podía ser de otra manera, las expresiones de la portavoz de la formación política que está procurando la pataleta.
Es decir, y sin tantas zarandajas: la noticia no es otra cosa que un intento de legitimar aquello del «pucherazo» haciendo pasar un informe sobre el estado de nuestra democracia como la consecuencia de los últimos días en el Congreso. La noticia es de doble uso: la portavoz utiliza la noticia para argumentar su expresión, mientras que la noticia utiliza la expresión para decorar la información.
Volviendo al pueblo, un medio digital local reproduce, republicando, sin zarandajas este publirreportaje político. A esta republicación añade que «el estudio apunta a la mayor bajada de índice democrático mundial desde 2010». Les cuento una cosa: es falso.

Lo que se aprecia en la imagen anterior son los datos del estudio (que les dejo íntegramente al final de este artículo, en su inglés original, sin alterar), donde se puede leer que España es ciertamente una democracia con deficiencias (ha bajado del 8).
Bien, una vez establecidos los datos, toca preguntarse la razón de que España —y si ustedes se han fijado, el resto de los países— ha bajado en ese índice. Para eso, el propio informe identifica una razón primigenia para 2021 (¿recuerdan el año que les decía antes?): los efectos de la pandemia. En palabras del propio informe:
«The covid-19 pandemic continued to be a major constraint on democracy, exacerbating existing negative trends and weaknesses, and presenting new challenges for democratic and non-democratic regimes alike.»
«La pandemia de covid-19 siguió siendo una limitación importante para la democracia, lo que exacerbó las tendencias negativas y las debilidades existentes y presentó nuevos desafíos tanto para los regímenes democráticos como para los no democráticos.»
Sin embargo, el informe se moja en cuanto a qué puntos clave son los que han hecho que España haya dejado de ser considerada como una democracia plena. Volviendo a las palabras del informe:
«El deterioro se relaciona principalmente con un puntaje más bajo para la independencia judicial, luego de divisiones políticas en curso sobre el nombramiento de nuevos magistrados para el Consejo General del Poder Judicial, órgano que supervisa el sistema judicial y tiene por objeto garantizar su independencia. En la actualidad, el consejo está funcionando en forma interina, ya que su mandato expiró en 2018, y hay no ha habido acuerdo sobre el nombramiento de nuevos jueces (que necesitan una mayoría de tres quintos en parlamento). Cuanto más se prolongue la situación, mayor será el riesgo de que el Consejo se vea socavado y vulnerable a la politización. En términos más generales, el escenario político de España se ha vuelto cada vez más inestable en los últimos años, con la fragmentación parlamentaria, una letanía de escándalos de corrupción política y aumento regional del nacionalismo en Cataluña que plantean desafíos a la gobernabilidad».
Esa, y no otra, es la razón de que España sea una «democracia defectuosa». El año que viene puede que entre esas negritas The Economist —quien hace el informe— incluya la manipulación informativa.