En un contexto tan mediatizado por la determinante influencia de los poderosos medios de comunicación que imponen su «versión atlantista» al común de los ciudadanos, no es nada fácil colocar un determinado mensaje tan simple y de tan buena finalidad como el de una apuesta firme por la paz y por la desmilitarización del planeta sin ser tachado de rara avis, de ser calificado de hipócrita «buenista», de imbécil pacifista o de ser tildado llanamente prorruso.
En lugar de recibir nociones objetivas sustentadas en los principios de un desarrollo del pacifismo, de ahondar en los principios fundacionales de la ONU, de buscar soluciones efectivas a la crisis climática y al colapso de muchos ecosistemas, en lugar de invertir más en seguridad ciudadana a través de la investigación científica, nos encontramos actualmente en un ambiente de creciente militarización, de apuesta por el armamentismo por intereses espurios de la dominante nación de EEUU y su neoliberalismo, que está produciendo el efecto contrario: aumento de inseguridad, del frentismo, del odio entre los pueblos.
Nos faltan datos objetivos sustentados en fechas históricas, tales como que durante la presencia del equilibrio internacional llamado «Guerra Fría» no hubo acciones militares concretas entre los países alineados en esas dos balanzas. Fue disolverse la URSS y el pacto de Varsovia (1991), fue romperse ese equilibrio para que aparecieran intervenciones militares sucesivas: antigua Yugoslavia, Afganistán, Kosovo, Serbia, Libia, Irak, Siria, Yemen, actualmente Ucrania… Personalmente, responsabilizo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por no cumplir con sus cometidos esenciales; y a la Unión Europea por haber realizado una política de seguidismo y entreguismo a las políticas expansionistas de la OTAN en lugar de haber tejido una política exterior común que fuera independiente de los anacronismos imperialistas de EEUU. No ha sido así y nos encontramos en este panorama de estrés internacional.
Ha llegado la hora de que abra una voz al unísono por la Paz, contra las guerras y a favor de las buenas relaciones entre los pueblos. La gente ha de tomar las calles para darnos a nosotros mismos y a nuestros hijos y nuestros nietos un mundo mejor: OTRO MUNDO ES POSIBLE. El momento adecuado es que cuando próximamente se celebre la Cumbre de la OTAN en Madrid, que en lugar de que se oiga la voz atlantista, se oiga en las calles y se recuerde la voz de Mario Moreno «Cantinflas» cuando en su discurso final de la película Su Excelencia expresó: «Hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, amaos los unos a los otros, pero que desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundiendo sus términos, y lo que han hecho es armaos los unos contra los otros. He dicho».