A finales de agosto falleció un trabajador agrícola en la localidad almeriense de Pujaire, en el Cabo de Gata paraíso del turismo andaluz.
Souane, trabajador de origen senegalés murió por golpe de calor en el mar de plásticos, después de 20 años trabajando en los campos de Almería. Souane deja mujer y cinco hijos que dependían económicamente de él y que residen en su país de origen.
Según denuncia el sindicato SOC-SAT, la muerte de este trabajador es posiblemente al incumplimiento de la jornada laboral que recoge el convenio del campo, ni la normativa sobre prevención de riesgos laborales. Desde el sindicato se denuncia que son muchos los trabajadores que trabajan en los invernaderos almerienses a más de 40 grados, sin agua para beber, y muchos de ellos sin dar de alta en la Seguridad Social. Mucho de estos casos por no tener permiso de trabajo y la nula voluntad de los empresarios en regularizar la situación de estos trabajadores agrícolas.
Desde el sindicato SOC-SAT se denuncia que si los campos en Almería «son un estercolero laboral» durante todo el año, en especial los meses de verano y sobre todo entre julio y agosto, la patronal almeriense, conocedora de la baja actividad por parte de la inspección de trabajo durante estos meses, convierte al campo almeriense, en una auténtica «ciénaga», donde ya no se respeta nada. Aprovechando estos empresarios esa falta de inspectores para ahorrarse una cuantiosa cantidad de dinero en cotizaciones a la seguridad social.
Según estudios, el fraude cometido por algunos empresarios del campo almeriense, en cotizaciones a la seguridad social supera los 50 millones de euros anuales. Como afirman fuentes del sindicato, 50 millones es lo que ha costado la ampliación del Hospital más grande de Almería, ampliación que se podría haber realizado con un sólo año de lo defraudado por algunos de estos empresarios, defraudadores del pago de la seguridad social de sus trabajadores.
Aun cuando los veraneantes que pasan en sus coches por delante de los invernaderos, viendo el conocido mar de plásticos, a disfrutar de las playas y calas de Almería, ignoran que dentro de esos invernaderos de la tan prestigiosa huerta de Europa, se viven en algunos casos, situaciones de semiesclavitud y donde los convenios laborales del campo apenas se cumplen, o existen.
El sindicato SOC-SAT que ha puesto tanto su departamento jurídico, como humanos al servicio de la familia, compañeros y amigos de Souane, para que la muerte de este trabajador, no quede en la impunidad. La clase trabajadora no puede seguir poniendo los muertos y el sufrimiento en los tajos, para el beneficio económico de unos pocos empresarios sin escrúpulos. Desde el sindicato se exige al Ministerio de Trabajo, que imponga medidas serías, colaboración entre ministerio y sindicatos para erradicar estas situaciones y también el aumento de inspectores de trabajo, formados sobre el campo, con directrices contundentes para no bajar la guardia sobre todo en los meses de verano